Amados hijos de la luz, mis palabras vienen a reconfortaros.
Yo Miguel. Ángel de luz, sanación, protección y poder. Os entrego en este momento mi luz celestial.
Para que vuestro corazón se entregue a su pureza, y de él se liberen todas las cargas que hacen que el amor de Dios, no fluya libremente en vuestra vida. En vuestra realidad humana.
Amados míos, mi amor hacia vosotros es infinito. Igual que mi poder. Igual que mi Luz.
Vengo a traeros mensajes de paz, de tranquilidad.
Todo lo que estáis viviendo responde a una realidad que está llena de tantos matices… tantas emociones, que os desbordan… Como las lágrimas que algunas veces caen por vuestros hermosos ojos, cuando sentís que no pertenecéis a nada, y que no hay sentido para lo que os sucede.
No estáis solos, amados seres humanos de la luz divina. No estáis solos. Y prueba de ello es mi Luz, que os guía y os acompaña. Os protege. Os asiste.
Aún sin que vosotros, amados míos, seáis conscientes de ello.
Todo esto va mucho más allá de los dogmas o principios, que creéis que forman parte de vuestra realidad terrenal.
Todo esto es mucho más grande, todo ello responde a un propósito inmenso, que ahora no sois capaces de alcanzar. De ver.
Vuestra perspectiva es muy limitada ahora mismo. Y nosotros, desde la posición vibracional desde la que nos encontramos, tenemos una perspectiva más amplia de todo el “mapa”.
Y por eso, os pido, amados míos. Confiad en nosotros e invocad nuestra luz en vuestra vida.
No importa la forma de hacerlo, no importa cómo.
Solo importa la intención, la consciencia que le pongáis a la acción.
Vuestra intención, “La Intención” es la herramienta más poderosa que poseéis.
Traspasa limites, limites que no existen porque han sido puestos por vuestra mente humana, limitada.
Vuestra intención puede traspasar toda barrera y viajar en todas las direcciones.
Vuestra intención, y propósito, pueden cambiar el rumbo de vuestra vida.
Por eso os pedimos… entregad vuestra intención a los más elevados, e iluminados propósitos de vuestra alma.
Para que nosotros, a través de nuestra luz podamos guiar vuestro camino.
Y vosotros, dichosos humanos, podáis reconocer las señales que momento a momento, manifestamos ante vosotros.
Para hacer vuestra realidad más dichosa, más completa.
Pero no por ello más sencilla.
¿Comprendéis?
No nos cansaremos de deciros que las experiencias que vivís, son necesarias para vuestro aprendizaje.
Amados seres.
Confiad en estas palabras.
No tienen otro fin que colmar a vuestra alma de sabiduría y llenar de amor vuestro corazón.
Yo Mikael de la luz divina, os bendigo en este instante infinito.
Yo, portador de la luz misericordiosa de Dios, invoco el poder de mi Luz en vuestra realidad.
Y en este momento, libero de vuestro corazón todo pesar, toda oscuridad.
Todo miedo y rencor.
Entregaros en este momento, aquí y ahora a mi Luz.
Y abriros a recibir mis señales.
Prestad atención, pues mi luz os acompaña.
Hoy y siempre.
Hoy y siempre.
Amados míos.
Benditos seáis
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